Voy dejando deudas donde apoyo los pies
de lo inconcluso, de los tugurios por conocer
es momento de rendirse a la osadía
cientos de vasos por beber
y quince días sin promesas, agujas ni mentiras
Voy dejando migas de pan por el camino
huellas inconscientes, velas encendidas
un disfraz de risas, besos que rara vez esquivo
confesiones ebrias, abrazos que no explican
no absuelven ni olvidan
prejuicios que finjo superados o al menos ignorar
no me mires de ese modo
que empiezo a desconfiar de tus pupilas.
Y una excusa para volver, que siempre es necesaria
un puente que valga la pena cruzar
el mate esperándome de yerba ansiosa de aventuras
un timbre inoportuno, el sueño interrumpido
no me mires de ese modo
que tu mirada me derriba
suplicando mi entrega,
volviéndome a las horas de las cuentas pendientes,
de una carta mal jugada, de una partida perdida
no me mires de ese modo
que tu mirada me confunde, me atraviesa, me aniquila
desafiando mi cordura, tentando mis barreras
y es demasiado pronto
todavía
o no.
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2 comentarios:
Beso la tierra que pisas, charlotte.
"un timbre inoportuno, el sueño interrumpido"
Cuánta imagen, che.
Todo el segundo parrafo me parece estoico. Lo lei un par de veces y me dieron ganas de vivir de pie.
Gracias por el comentario (te use una frase).
Saludos
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