domingo, 27 de enero de 2008

Té de frutilla

Hay bizcochos
y budín
prolijidad armoniosa
sobre el mantel de utilería.
Cierro los ojos y atrapo
una porción de paisaje
las copas de los árboles,
sus tonos verdes
contra el cielo
del atardecer.
He vivido con este personaje
tanto tiempo
que ha llegado a fundirse
en mí
a riesgo de olvidar
quién es ella,
quién soy yo,
cuánto hay de las dos
en estos sorbos
despacitos
obligándome a un pastel
que mastico largamente
hasta casi deshacer.

El aroma a frutillas me recuerda
a sus caramelos favoritos,
(o al sabor de su boca).
Nos duele tanto el cuerpo
(a ella y a mí)
que es imposible correr
por mucho que los pies lo intenten
torpes como son,
ansiosas como somos.
Sólo deseo que ésta
sea la última escena
(sin repetir).

Ya no seré la misma después
ignoro hace cuánto
ya no sé quién soy,
pero la mesa está servida
en el jardín
sumerjo mi alma en el té,
cierro los ojos
proyecto mi figura
donde sólo hay horizonte,
dejo que la brisa me despeine.
Tendría que llover.

viernes, 18 de enero de 2008

Primer hechizo

Supongamos que no: que no lo pensaste, que no lo quisiste así. Que no son los árboles los que gritan mi nombre sino tus ojos que no encuentro en la oscuridad.
Supongamos que mis pies, una vez más, han equivocado el camino.

viernes, 4 de enero de 2008

Cabaret

Ahora que tu aliento recorta el aire yo sé que no está bien pero qué hay de tu mano en mi hombro o de mí que la besa simulando ser esquiva o de tu miedo tibio sabés también que no deberíamos pero te perdonás jurando que será la última vez fingiendo ignorar que las más brillantes se empecinan en volver yo sé y vos sabés pero ahora que tu aliento recorta el aire he puesto mis labios donde no debía y los tuyos me siguen será una noche hermosa me amarás yo te amaré mañana me iré en silencio y esperaré a que me invites a volver.